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La infausta y apasionante vida de Horacio Quiroga y las increíbles consecuencias en la vida de sus lectores

  • Foto del escritor: Leonardo Levinas
    Leonardo Levinas
  • 26 feb
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 1 mar



Un cuento-documental de Leonardo Levinas

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Horacio Quiroga, descendiente de Facundo Quiroga (asesinado en Barranca Yaco), nació el último día de 1878 en Salto, Uruguay. Fue el cuarto hijo de Pastora Forteza y del vicecónsul argentino Prudencio Quiroga.

Al año de nacer, en San Antonio Chico, lugar hacia donde se había trasladado la familia, al padre se le disparó accidentalmente la escopeta cuando regresaba de cazar: quedó herido de muerte ante los ojos de su esposa y de su hijo.

En 1891 la madre volvió a casarse. Años después, en 1895, su esposo, víctima de una parálisis, se suicidó. De esos días son Los destiladores de naranja y La campana oscura. 

El 5 de marzo de 1902, en algún lugar de Montevideo, y mientras revisaba el arma con la que su amigo Federico Ferrando debía batirse a duelo con un tal Guzmán Papini y Zas, a causa de un feroz intercambio de ofensas, a Horacio se le escapó un tiro que mató instantáneamente a su amigo. El crimen del otro es de 1904, Historia de un amor turbio se publicó en 1905, libros que ya irían transmitiendo a los lectores situaciones tormentosas.

Dos días antes de que terminase 1909, se casó con Ana María Gires, pese a la tenaz oposición del padre de la novia. Luego se fueron a vivir a Misiones. En 1911 nació su hija Egle. Según las maniáticas exigencias del naturalista Quiroga, durante el parto su esposa no recibió ayuda. Al año siguiente nació Darío, su segundo hijo, y fue entonces cuando su suegra se llevó a su esposa, Ana María, a Buenos Aires. 

En 1915 Ana María, quien vivía nuevamente en Misiones, ingirió una fuerte dosis de cianuro. Su agonía se extendió ocho días; murió, según todos los indicios, el día 14 de febrero. El acta de defunción, que indica “hemorragia intestinal”, es del 14 de diciembre de 1915. Once meses separan la muerte real de la fecha oficial. ¿Desconocimiento, equivocación u ocultamiento? En 1917 se publicó Cuentos de amor, de locura y de muerte” y en 1925 La gallina degollada y otros cuentos. La mayoría de los cuentos lograron gradualmente un inusitado impacto entre los lectores.

En junio de 1927, Quiroga se casó con una adolescente llamada María Elena Bravo, amiga de Egle, que al año siguiente le dio una hija: María Elena, a quien Horacio llamaba “Pitoca”. De 1935 es El más allá.

En 1936, su segunda mujer se marchó con la pequeña Pitoca y Quiroga comenzó a experimentar las primeras molestias de una enfermedad urinaria. En septiembre de ese año viajó a Buenos Aires para internarse en el Hospital de Clínicas.

Recién el 18 de febrero conoció el verdadero carácter de su enfermedad: cáncer. Esa misma noche ingirió cianuro y murió en la madrugada del día siguiente.

Años después, también sus hijos, cada uno a su turno, se suicidaron. Egle en 1938, Darío en 1952. Una noche, Pitoca, la menor, se tiró desde el noveno piso de un hotel de Buenos Aires en donde se alojaba. Era el 14 de enero de 1988 y tenía sesenta años. Al caer llevaba una venda adhesiva sobre la boca.

Además, es bien sabido que quien lea o escuche  alguna biografía de Horacio Quiroga como esta, o un resumen de su vida por más breve que este sea, correrá, inevitablemente, una suerte trágica.


 
 
 

3 Comments


Guest
Mar 25

Yo diría después de leer la sucesión de muerte adquirida llegó a la conclusión que mejor s de que lo mejor no es lo mejor y me fui a ver donde. Venden arsénico. Del bueno total el dinero no vale....me voy hacia la nada.

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Rodo
Mar 02

Que la boca se le haga a un lado.

Edited
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Guest
Mar 02

Donde se comprs cianuro,después de leer este cuento me vienen ganas de probar. Jajaja teo

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©2021 Marcelo Leonardo Levinas

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